La Máscara del Hambre Graciela Huinao
Mi cuerpo no se acostumbra
a este conviviente
que golpea hoy mi cuerpo
y mañana
abre la puerta de mi casa
ultraja en mi mesa
la última dignidad que poseía.
Yo te denuncio
porque de cerca te conozco
tienes la cara desgarrante de la tristeza.
Fue el peor enemigo que llegó a mi pueblo
y nos robaron las armas al defendernos.
Arrancamos
perseguidos por una fiera
nos dio alcance en el sur
y con sus colmillos nos trituró la pobreza.
Hoy
en mi pueblo
el hambre es rebeldía
y la poesía una máscara
donde oculto el verso amargo
alimento de este canto
y en la boca de mi pueblo
la tortura de cada día.
En
este poema, Graciela Huinao escribe desde un hablante en primera
persona, el cual se señala perteneciente a un pueblo que ha vivido
asaltado, robado, torturado y reprimido. Habla desde su casa, desde su
espacio, desde el sentimiento profundo de pesar por su pueblo, por aquél
lugar del que proviene, del que se siente tan arraigada, a pesar de no
estar en él. De este modo, La autora señala una realidad que se ha
venido ocultando desde hace mucho, la realidad de la tortura, de la
represión, del olvido. De una realidad que se enmascara en poesía, de
una denuncia que se mimetiza con una obra de arte, de un método
literario de expresión de la realidad. Graciela queda entonces, como una
defensora de su cultura, una que utiliza un método efectivo para llegar
a un público mayor: la escritura y la expresión de ideas por medio de
esta.
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