Salmo 1947
Nunca fuimos
El pueblo señalado
Pero nos matan
En señal de la cruz
El pueblo señalado
Pero nos matan
En señal de la cruz
La yo enunciante del poema se transforma en un yo plural (nos matan), con la intención de recoger la voz de la comunidad cultural, transformándose además en protagonista ancestral y cronista contemporánea (…) Dentro de este contexto de cosmovisión mapuche, la voz anunciante de los poemas se convierte en fuerza para que la historia de su pueblo, que es la de la poeta, permanezca presente y no se extinga la huella que arde en el interior cultural de la comunidad. La escritura, para Graciela Huinao, se convierte en ritual de iniciación, donde el paso inicial es (re)encontrar(se) a sí misma (…).
De este modo, tenemos que el estudio de Moraga destaca la inclusión propia y personal de la poetiza en su propio escrito y cultura. Se deja de lado a sí misma para enfatizar el yo plural, el cual refleja que la cultura es una misma, que todos son representes activos de ella y que por ello, todos y cada uno de los mapuche conforman toda su historia y realidad. (Moraga, literatura y lingüística, santiago, n°13 [2001-2002])
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